martes, 18 de marzo de 2014

La marca SD Eibar

La pasada semana podíamos ver en Canal plus un reportaje sobre el modelo de gestión de la SD Eibar, una sociedad ejemplar que se convierte en nueva víctima de la absurda normativa de las Sociedades Anóminas Deportivas. Esa normativa que somete a los equipos modestos que son ejemplo dentro y fuera de campo y en cambio es cómplice de los malos gestores. Al que se le ocurrió la brillante idea de que sociedades sin ánimo de lucro debían convertirse en Sociedades Anónimas, ¿pensaría en algún momento las diferencias que hay desde el punto de vista del inversor entre unas y otras?






Por otra parte el periodista Rubén Úría en su sección el hacha ponía una vez más en su sitio a todos esos personajes que han arrebatado el fútbol a sus legítimos propietarios que no son otros que los aficionados. Cuanto ganaríamos todos si hubiese más marca SD Eibar y menos marca España.

http://es.eurosport.yahoo.com/blogs/ruben-uria/marca-espa%C3%B1a-114357083--sow.html

Marca España es que Mariano Rajoy, que lee el Marca cada mañana y el resto del día preside España, diga que el deporte es "testimonio de grandes valores". Marca España es que el presidente del gobierno exprese, en tono solemne, que "no hay meta que ningún español no pueda aspirar a alcanzar". Marca España es que los políticos, con Rajoy a la cabeza, hayan dado luz verde a una iniciativa de la LFP llamada World Challenge, calificada como “acontecimiento de excepcional interés público” en la Ley de Presupuestos Generales del Estado. Marca España es que esa iniciativa, con el visto bueno de los políticos, se aplauda cuando Bruselas, tras varios meses de investigación del comisario Almunia, haya dado un ultimátum a siete clubes españoles por presuntas ayudas estatales. Marca España es que los algunos políticos españoles acusen a Almunia de filtrar los nombres del Madrid y el Barça en la investigación, cuando la UE acusa a Almunia de no investigar a fondo por ser español. Marca España es que, a finales de 2012, el fútbol acumulase una deuda de 3.600 millones de euros y unos 660 a Hacienda, aunque se ha reducido en unos 150 millones, según anunció el Secretario de Estado para lo que queda de Deporte.Marca España es que la RFEF, con su afán recaudatorio y modelo negociador, use la mejor selección de la historia para hacer caja mientras su presidente-residente se empeña en impulsar una petición de indulto para un condenado por malversación de caudales públicos. Marca España es que Javier Tebas -a título personal-, Florentino, Rosell, Cerezo y varios presidentes más, firmen ese indulto para Del Nido [Pregunta: ¿qué dirían de Rajoy si firmase una carta pidiendo el indulto de Matas, a título personal y no como presidente del Gobierno? ¿exigirían su dimisión?]. Marca España es que Miguel Cardenal, Secretario de Estado para el Deporte, hable de transparencia y justicia en el fútbol patrio, cuando está más callado que una meretriz en misa sabiendo que Gil Marín fue condenado por estafar a su propio club, que Cerezo fue cooperador necesario de un delito prescrito de apropiación indebida y que la ampliación de capital del Atlético en 2003 ha sido tachada de fraude. Marca España es comprobar, con estupefacción y vergüenza, que la industria pretenda que los aficionados sean tratados como delincuentes y los delincuentes, como aficionados.

Marca España es comprobar que Miguel Cardenal considere al Barcelona adalid de esa marca cuando, más allá de la indiscutible aportación deportiva de sus deportistas y secciones, ha sido politizado como ariete del desafío soberanista. Marca España es usar nuestro fútbol como reclamo por ultramar, mientras Alberto Fabra reconoce que le dijo al presidente de Bankia – rescatada con el dinero de los españoles- que había que vender al Valencia “a quien garantice que en dos años va a ganar la Champions”. Marca España es hablar de una competición limpia y transparente, cuando después de varias denuncias y casos de presunto amaño, los mecanismos para penalizar a los culpables son ridículos e insuficientes. Marca España es la tolerancia e incluso ¿financiación? de clubes a ultras y cerebros rapados de extrema derecha que encuentran refugio y caverna en un fútbol donde algunos directivos tienen el rostro de decir que combaten el racismo y la xenofobia.
 
Marca España es que clubes y futbolistas amparen y apoyen una campaña inclasificable, donde el aficionado aparece como agresor y el protegido como víctima. Marca España es que los ricos hagan un vídeo exigiendo a los pobres que no les roben en tiempo de crisis. Marca España es que las estrellas de la Liga graben un vídeo en contra de la piratería, sin tener el coraje de grabar otro denunciando unas entradas con precios prohibitivos. Marca España es que los mejores del campeonato protagonicen un vídeo contra la piratería, cuando no han tenido pelotas ni balón para grabar otro instando a los clubes a pagar lo que le deben a Hacienda que, por lo visto, no somos todos. Marca España es que algunos futbolistas se presten a salir en un vídeo contra la piratería, mientras nadie les convoca para grabar otro condenando a los dirigentes corruptos. Marca España es que las estrellas de la Liga luzcan palmito contra de la piratería en recesión, cuando ellos no graban un vídeo que proteja a los hinchas, muchos de ellos en paro, del sobreprecio en sus abonos.
 
Marca España es pedir a los aficionados del Athletic una Liga en lunes y que pongan buena cara o exigir a los aficionados del Real Madrid que paguen 60-65 euros ante el Schalke 04, después de que el partido de ida acabase con 1-6, apelando a su devoción cristiana. Marca España es ver cómo en las finales por los títulos, el hincha es la última prioridad de un negocio donde clubes e instituciones, sin recato ni vergüenza, se apropian de miles de entradas para compromisos empresariales y publicitarios. Marca España es que los clubes, a pachas con las televisiones y plataformas de pago asfixiadas, se quejen de los horarios que ellos mismos aprueban y fabrican, en un mercado persa de intereses económicos cuyo fin último es echar al hincha de la grada para que pague desde el sofá. Marca España es edificar una ética de la suciedad donde políticos, televisiones, presidentes, directivos, agentes, futbolistas y periodistas se arrogan la propiedad de una industria que se pasa por la entrepierna a los legítimos dueños del espectáculo, los pobres aficionados.
Rubén Uría / Eurosport

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